Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado cada 10 de octubre, se lanza «El arte de ensuciarse las manos», una canción que busca dar visibilidad y voz a quienes conviven con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Miguel Campello y Aldhara se unen al proyecto Sábanas Tendidas para hablar de este trastorno a través de la música, con esta rumba producida por el propio Miguel Campello junto a Juan González Antón y Juan Carlos Lax, este último también coautor del tema junto a Antonio Expósito García. El vídeo está creado por Jorge Troitiño de Estudio Akasia.
Letra de «El arte de ensuciarse las manos» (Sábanas Tendidas Ft. Miguel Campello & Aldhara)
El arte es ensuciarse bien las manos,
por rumbas, sin la fe de los gitanos,
sin sodio ni pompitas de jabón.
La duda es el compás de la impaciencia,
rogándole a los dueños de la ciencia,
un caballo de Troya de almidón.
El ritmo es ordenar con simetría,
el miedo, la cocina y la cordura.
No hay locas que no canten cada día,
ni locos que no muevan la cintura.
Hay gatas con caché y aristocracia,
esclavas del sindiós de la anarquía,
ladrar es gobernar sin diplomacia,
maullar es imposible todavía.
No hay locas que no canten cada día,
ni locos que no muevan la cintura.
Algunos mercaderes no respetan,
la vida irracional de un pentagrama,
no pueden decretar, pero decretan,
las normas de camino hacia la cama.
Hay gatos que no miran a los ojos,
sí roban a otros gatos la comida,
no hay sombra entre la sal y los antojos,
ni cruces sin alambre y sin herida.
No hay locas que no canten cada día,
ni locos que no muevan la cintura.
Hay gatas con caché y aristocracia,
esclavas del sindiós de la anarquía,
ladrar es gobernar sin diplomacia,
maullar es imposible todavía.
No hay locas que no canten cada día,
ni locos que no muevan la cintura (x2).
Hay gatas con caché y aristocracia,
esclavas del sindiós de la anarquía,
ladrar es gobernar sin diplomacia,
maullar es imposible todavía.
No hay locas que no canten cada día,
ni locos que no muevan la cintura (x2).
No hay locas que no canten,
ay, que no canten cada día…








